Hoy vamos a hablar de una de las patologías ortopédicas más frecuentes y de las que desde hace más tiempo se tiene constancia de ella, la escoliosis infantil. Tanto que hay gravados en cuevas, de hace miles de años, donde ya se evidenciaba esta deformación. Hay muchos tipos diferentes de clasificar a la escoliosis, según su origen (si es conocido o no), según su forma de presentación y según la edad en que se presenta (escoliosis infantil, escoliosis juvenil o escoliosis del adolescente), y otras muchas variables.

Aunque con mucha diferencia la que más vemos en la consulta de un osteópata es la llamada escoliosis idiopática del adolescente hoy quiero contar un caso de un niño de 4 meses con una escoliosis infantil asociada a tortícolis del lactante y que además presentaba una plagiocefalia, (que para los que no lo sepan es una deformación del cráneo)
Voy a relatar este caso por la respuesta tan rápida que tuvo al tratamiento.
Un niño de 4 meses llamado “Luis” (no es su nombre verdadero) decidió un día para susto y disgusto de sus padres, dejar de mirar al lado izquierdo y ya por simpatía de la nueva posición extendió y torció su espaldita como una lombriz.
Los padres, que algo anómalo veían en esta nueva situación, con buen criterio llevaron al niño a su pediatra y éste con buen criterio también, recomendó a los asustados padres llevar al niño a urgencias.
Allí en urgencias, tras realizarle algunas pruebas, decidieron dejar a Luis ingresado durante 1 semana hasta que remitió el cuadro.
Fue diagnosticado de tortícolis infantil y 5 días después, tras la recomendación de un neurólogo infantil (les dijo que probaran con la osteopatía y si no resultaba tendrían que ponerle un casco moldeador) acuden a mi consulta por un nuevo episodio de tortícolis.
Lo primero que vimos a Luis fue una plagiocefalia con torsión derecha de un hueso del cráneo que se llama esfenoides (es el motor del movimiento craneal) tenía un aplanamiento del hueso occipital y mucha tensión acumulada en la musculatura suboccipital y posterior del cuello. La suma de estas alteraciones mecánicas, provocaba entre otras cosas la compresión del XII par craneal.
El tratamiento de Luis consistió en pequeñas tracciones cervicales hasta descomprimir el nervio afectado. 5 minutos después desapareció la tortícolis y cuando llegó a casa no quedaba rastro de la escoliosis infantil, que en este caso era adaptativa a la situación de estrés cervical.
Más adelante en las próximas sesiones, resolvimos de manera satisfactoria la plagiocefalia y para nuestra alegría, el neurólogo de Luis optó por desaconsejar el tratamiento del “casco” por la buena respuesta a la terapia manual.
En este caso no sólo pudimos corregir la tortícolis y la escoliosis infantil, probablemente al reducir la deformación craneal y equilibrar las tensiones internas, evitamos una tendencia escoliótica que podría haberse manifestado años después, en su infancia o adolescencia. Y quien sabe, igual también sería discutible la relación entre la plagiocefalia de Luis y una posible alteración de su mandíbula y su correcta oclusión dental. Pero eso es otra historia!