La tendinitis del hombro está considerada como una de las dolencias más comunes en el ser humano, por lo tanto, está entre las consultas médicas más solicitadas. Hay encuestas que indican que una de cada 10 personas ha sufrido de este padecimiento.
Los hombros están constituidos por varias combinaciones de articulaciones, tendones y músculos que permiten el buen funcionamiento del mismo, esta misma combinación la hace vulnerable a diferentes tipos de dolencias y enfermedades, entre las más comunes está la tendinitis del manguito rotador y la del bíceps braquial.
Causas comunes de la aparición de una tendinitis
La dolencia ocurre cuando los tendones del hombro se inflaman, impidiendo el movimiento natural del hombro. Jugadores de beisbol, nadadores profesionales, fisicoculturistas, gimnastas, pintores, carpinteros, y en general cualquier deporte o trabajo que implique un alzamiento constante de los brazos, son los más propensos a padecer de esta afección; también las personas mayores son vulnerables a la tendinitis.
Para tratar esta inflamación, existen diferentes tratamientos, ya sea medicamentos, osteopatía, fisioterapia e incluso cirugía en los casos más graves. Es curable, no obstante, una recuperación completa puede durar semanas o incluso meses. La tendinitis del hombro puede clasificarse en tres fases:
- La primera es cuando el dolor es agudo con una inflación y un poco de sangrado en la articulación, si no se toma reposo a tiempo, el dolor puede agravarse. Este tipo es más común en los jóvenes.
- En la segunda fase el dolor se vuelve constante y demuestra, a través de una ecografía, que la persona está sufriendo de una tendinitis del manguito rotador, bíceps braquial o fibrosis con espesamientos de la bursa subacromial.
- La tercera fase constituye una ruptura parcial o total del manguito. Esta es más frecuente en hombres y mujeres de 40 años o más.
Síntomas frecuentes en la tendinitis del hombro
La tendinitis del hombro suele aparecer durante o después de realizar un esfuerzo que suponga una tensión fuerte en dicha zona. Los dolores pueden agravarse, sobre todo durante la noche algo frecuente en los procesos inflamatorios. Una vez se comienza a padecer de dicha afección, el paciente notará que no podrá realizar ciertos movimientos y el dolor se extenderá por todo el brazo, llegando a provocar un hormigueo constante. En caso de la tendinitis del bíceps el dolor aparecerá en la parte posterior del hombro.
Si la persona padece de tendinitis en el manguito rotador, el dolor lo sentirá en la zona anterior y lateral del hombro. Los síntomas iniciales son leves, presentes en la actividad física, llegando a incapacitar en movimientos habituales de elevación o abducción del brazo o incluso en el reposo; mientras más pasa el tiempo, puede llegar a empeorar hasta que la persona tenga debilitamiento y pierda el movimiento en los brazos; esto trae como consecuencia una sensibilidad extrema, cualquier presión puede causar un intenso dolor.
Normalmente estos dolores son repentinos y pueden aliviarse rápidamente, pero tienden a volver con más fuerza. La tendinitis puede hinchar la zona afectada y causar enrojecimiento en la misma. Cosas como vestirse, cocinar y conducir se vuelven una tarea complicada cuando se tiene esta afección en los hombros, es por esta razón que se debe de ir al médico a la primera o segunda aparición de dolor en la zona antes nombrada.
¿Cómo se diagnostica una tendinitis en los hombros?
Se procederá a pedir la descripción de las dolencias, respondiendo a preguntas como: cuándo el dolor se hace más agudo, qué tipo de movimientos son dificultosos, etc. Todo esto con el fin de conocer a fondo los síntomas del paciente. Luego comenzará la revisión física, en donde examinará la sensibilidad en el área afectada y verificará si existe hinchazón, enrojecimiento, deformidad, entre otros; también pediremos la realización de ciertas posturas y mediremos la fortaleza o el grado de debilidad que tiene el brazo afectado.
También revisamos la articulación del hombro, cuello, codo y mano, y todas las estructuras implicadas en la mecanica del hombro, es decir zona torácica, esternal y sus anejos. Ante una posible duda diagnóstica, realizaremos exámenes más específicos, tales como:
- Radiografías: Aunque estas no muestran los tejidos blandos, sí revelan una incidencia llamada “outlet view” o “Síndrome subacromial” que indica que existe una protuberancia ósea grande, mostrando así que existe una comprensión en el manguito rotador y, por lo tanto, una tendinitis.
- Resonancia magnética o ultrasonido: Estos exámenes son más específicos debido a que muestran el estado de los tendones, la bolsa y el manguito rotador; es decir, se puede visualizar la existencia de líquidos, inflamación o desgarros.
Diferentes tratamientos para curar una tendinitis. Tratamiento médico convencional
- Lo primero que se le pide al paciente es reposo, ya que las actividades, sobre todo las que conllevan alzar los brazos, tienden a deteriorar el estado de los hombros.
- En segundo lugar están los medicamentos antiinflamatorios tales como el ibuprofeno o naproxen. Esto ayuda a aliviar los constantes dolores de los pacientes.
- En tercer lugar está la terapia física, en donde se acudirá a un terapeuta experto en el área que puede llegar a mandar ejercicios de estiramientos para fortalecer y flexibilizar la zona afectada, especialmente cuando se tiene una constricción de la capsula posterior del hombro.
- Y por último está la Inyección de corticoesteroides. La cortisona es un potente antiinflamatorio que se inyecta en la bolsa debajo del acromion, puede aliviar de manera efectiva el dolor o no, normalmente no se infiltra más de 2 veces si no hay buenos resultados; sin embargo, se emplea cuando los tratamientos antes nombrados no causan efecto.
Tratamiento osteopático
El tratamiento irá enfocado en devolver la normalidad mecánica a aquellas estructuras que por su mal función hayan dado lugar al sobre uso del tendón y su posterior inflamación. Importante verificar el correcto movimiento de la escápula en su zona torácica. Revisar la movilidad de las vertebras dorsales y cervicales, posible relación con la articulación temporo mandibular, estabilidad pelvica y ver el eje hombro, codo, mano son acciones imprescindibles antes de meternos a actuar sobre el tendón afectado en sí.
Tratamientos quirúrgicos
Se opta por una cirugía cuando todo lo demás falla. En el caso de la tendinitis en el manguito rotador, el procedimiento buscará retirar esa parte inflamada de la bolsa y crear más espació para el manguito. Hay dos formas de realizar esta cirugía:
- La técnica artroscópica
Se introduce el instrumento quirúrgico en tres punzadas pequeñas en la zona del hombro; el médico utilizará un endoscopio fibroóptico que estará conectado a una pantalla, a través de ella podrá ser capaz de remover hueso y tejido blando, principalmente parte del acromion y tejido proveniente de la bolsa. También se puede tratar con este procedimiento un desgarro del manguito o incluso una artritis acromio clavicular.
- Técnica de cirugía abierta
Se procederá a realizar una pequeña punción en la parte frontal del hombro, en donde el cirujano podrá observar directamente el acromion y el manguito y realiza el mismo procedimiento que en la técnica antes nombrada.
La rehabilitación de este tipo de cirugías puede durar hasta más de 6 meses. El especialista colocará por un cierto tiempo un cabestrillo que se removerá cuando el paciente esté más recuperado; posteriormente, mandará una serie de ejercicios de fortalecimiento para recuperar el movimiento natural del brazo.