¿Te rechinan los dientes mientras duermes? Puedes padecer de bruxismo
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es un mal hábito bucal en donde involuntariamente se aprietan o rechinan los dientes. También es llamado parafunción mandibular persistente. Se puede producir de día o de noche. Es más frecuente cuando se está soñando, lo que lo hace difícil de controlar. Según estudios científicos, se estima que un 10% a 20% de la población sufre de esta afección.
Las personas que sufren de bruxismo tienden a apretar fuertemente los dientes superiores con los inferiores y moverlos de atrás para adelante, o viceversa. El problema con esto es que comienza a desgastar los dientes provocando que los mismos comiencen a deformarse y disminuir su tamaño. Quienes lo padecen de forma crónica tienen un mal estado bucal.
Varios especialistas relacionan este comportamiento con un desencadenante psicológico. Es decir, su causa de aparición es más psicológica que algún problema físico o enfermedad. Aunque hay enfermedades bucales que tienen el rechinamiento de los dientes como síntoma; por ejemplo el síndrome de Prader-Willi, donde personas de edad temprana presentan bruxismo. Afecta a hombres, mujeres y niños; aunque la edad común de aparición es entre los 17 a 20 años y una remisión a los 40 años en los casos de bruxismo crónico.
Tipos de Bruxismo
Como se dijo anteriormente, la afección suele ser el producto de un estado psicológico, ya sea estrés, ansiedad u otros. Contraria a la creencia popular, el bruxismo no aparece ni es causado por parásitos intestinales. Existen formas de clasificar la afección que van desde su presentación e intensidad hasta la manera en la que se mueven los dientes, estos son:
Según la forma en la que se mueven los dientes:
- Bruxismo Céntrico: Es cuando se aprietan los dientes. Provoca alteraciones cervicales debido a la corelación anatómica entre el cuello y los dientes. Es decir, el pre- molar tiende a generar presión, lo que a su vez causa su daño. Esto se debe a las inclinaciones de las coronas en relación a sus raíces. También provoca cefaleas tensionales.
- Bruxismo excéntrico: Es cuando se frotan los dientes unos con otros. Este causa un gran daño. Afecta fuertemente el borde incisal y oclusal de los dientes. Desgasta rápidamente los dientes provocando su deformación. Los incisivos son los más vulnerables.
Lo particular de estos dos tipos es que un paciente puede tener ambos o presentar sus síntomas. También pueden confundirse con enfermedades bucales, caries u otros. El siguiente tipo sería según su aparición:
- Bruxismo del sueño o nocturno: Este es un tipo de rechinamiento común que aparece cuando se produce un sueño. Es involuntario y generalmente el paciente no es consciente de que padece de esta afección hasta que comienza a ver las consecuencias o donde compañeros de cuarto del afectado alertan sobre el ruido que hace el afectado con los dientes. Destruye el esmalte y la dentina. Según diversos estudios, este tipo de bruxismo dura un periodo aproximado de 17 a 38 minutos.
- Bruxismo diurno: Este es el que se asocia al estrés debido a situaciones desencadenantes o por el trabajo. Tiene los mismos síntomas que el bruxismo nocturno.
Por último estaría el tipo de bruxismo, es por el grado de afección:
- Grado I: Es el más leve. El rechinamiento ocurre durante unos minutos y de manera ocasional. Generalmente el paciente no se da cuenta del bruxismo y desaparece cuando el afectado se da cuenta de lo que hace; por lo tanto, es reversible. No hay ansiedad por rechinar.
- Grado II: Aquí la ansiedad comienza a estar presente; aunque aún su aparición sigue siendo inconsciente para el paciente. A partir de esta etapa aparecen las lesiones dentales, por lo que se necesita tratamiento para eliminar este hábito. También es reversible.
- Grado III: Aquí el hábito está fuertemente arraigado y no puede ser detenido por el paciente. Hay un excesivo y constante rechinamiento, donde los daños producidos en los dientes son permanentes. Los tratamientos normales no suelen ser efectivos, se necesita una atención más agresiva por parte del especialista para detenerla.
¿Qué causa la aparición del bruxismo?
Como se ha venido contando, el bruxismo puede originarse por diversas cosas, ya sea afecciones bucales o desencadenantes psicológicos como el estrés o la ansiedad. No obstante también existen otros factores que ayudan a su aparición tales como: Los hábitos nocturnos, la postura, la alineación de los dientes, estrés constante, tipo de alimentación, entre otros. Muchos especialistas están de acuerdo en que cada paciente es un caso distinto; así que el diagnóstico y tratamiento es más personalizado.
Los síntomas más comunes
Los principales problemas que causa el bruxismo son debido a la presión y rechinamiento. Provoca daños en los músculos, tejidos y las estructuras dentales de la boca. Si se sufre el Grado III es probable que los síntomas sean permanentes. Algunos de estos son: Ansiedad, estrés, depresión, dolor de oído y cabeza, sensibilidad en los diente a los cambios de temperatura, debilidad muscular, trastornos alimenticios; inflamación, molestia y dolor en la mandíbula y, en algunos casos, insomnio.
¿Cómo se diagnostica a un paciente con bruxismo?
Evaluaremos detenidamente el estado bucal del paciente. Se procederá a descartar otras afecciones que puedan causar el dolor en la mandíbula, el oído, entre otros. Primero verificaremos posibles trastornos dentales, trastornos auditivos o problemas con la articulación temporomandibular. También veremos los niveles de estrés y ansiedad del afectado. Para tener un diagnóstico correcto, el dentista puede mandar a realizar una placa dental para ver con exactitud el daño en los dientes.
Tratamientos
Cada tratamiento es diferente en cada caso, sin embargo, hay algunos que son constantes y comunes. Los especialistas también brindan consejos que ayudan a disminuir el daño dental. Estos son:
- Aplicación de hielo o calor en la mandíbula inflamada.
- No comer alimentos duros.
- Cepillarse los dientes con cepillos ultra suaves.
- Tener buena higiene bucal.
- Evitar los chicles, tomar mucha agua
- Dormir bien
- Realizar ejercicios bajo la supervisión de un osteópata o fisioterapeuta.
- Realizar masajes en el cuello, hombros y cara, relajarse lo más que se pueda
- Reducir el estrés diario.
El especialista evaluará el daño del paciente y dependiendo del grado que padezca puede mandar a utilizar protectores bucales o férulas para evitar el rechinamiento y apretamiento en los dientes. Normalmente lo más recomendado son las férulas bucales.
Dependiendo de la gravedad el paciente deberá usarlo durante el día, la noche o todo el día; en los casos de bruxismo crónico. Puede ser realizada con acrílico, silicona, etc. La primera es más económicas pero habitualmente son las más incomodas y rígidas. La segunda es más recomendable debido a su docilidad, suavidad y versatilidad; siendo así más cómodas.
Hay muchos tipos de férulas; no obstante, es de suma importancia saber que las férulas no eliminan el bruxismo, sobre todo el crónico, sino que detienen el contacto brusco entre las estructuras dentales.
Tratamiento osteopático
Consiste en 2 fases:
- Equilibrio mecánico de las estructuras. Devolveremos la normalidad funcional a la articulacion temporomandibular, trabajando sobre las fibrosis musculares que se habrán ido formando en los músculos masticatorios, masetero, temporal y pterigoideos principalmente. Corregiremos las disfunciones creadas en la capsula articular, posicionando los meniscos intraarticulares y estabilizaremos los ligamentos. Devolveremos la normalidad de la musculatura anterior y posterior cervical mostrando especial interés en la musculatura supra e infrahioidea. Desde el punto de vista articular corregiremos los bloqueos del segmento cervical superior occipital C1 y C2 y facilitaremos la movilidad del temporal.
- Trabajo del sistema nervioso modulando el vegetativo. Inhibiremos el simpático y estimularemos el parasimpático para de esta manera incidir sobre los niveles de ansiedad del paciente.