Artrosis cervical, una enfermedad común en personas de 50 años o más
Es una afección muy común en hombres y mujeres mayores de 50 años. Se trata de una degeneración o lesión del cartílago de las articulaciones de la columna cervical. Existen muchos factores que pueden hacer aparecer esta enfermedad en una persona, puede ser desde una lesión hasta una infección o malformación congénita. El problema principal que tiene este tipo de artrosis es que sus síntomas pasan desapercibidos; es decir, una persona puede padecerla sin darse cuenta que la tiene y mientras más pasa el tiempo, el desgaste se vuelve mayor, logrando que al final el afectado necesite de cirugía para poder tratarla.
¿Cómo afecta la artrosis a la columna vertebral?
La columna vertebral está compuesta por 4 segmentos llamados cervical, dorsal, lumbar y sacrococcígeo. La cervical está formada por el esqueleto del cuello y por siete vertebras y discos intervertebrales que están unidas por superficies articulares protegidas por el cartílago. Este último se desgasta entre cada dos vértebras cuando se produce la artrosis, provocando así todo tipo de problemas de funcionamiento y dolores en el cuerpo del afectado.
Síntomas frecuentes en pacientes con artrosis cervical
El dolor en el cuello es uno de los síntomas más comunes, ya que el deterioro provoca el crecimiento anormal del hueso alrededor de la vertebras, lo que a su vez provoca presión en los nervios. Los hombros y los brazos también salen afectados cuando se tiene esta afección. El paciente puede sentir rigidez y dificultad a la hora de realizar ciertos movimientos naturales tales como bajar y subir la cabeza o alzar los brazos.
Llega a producir entumecimiento en la zona afectada e incluso crujidos u hormigueos en el área. También, debido a presión en los vasos cerebrales, puede causar fuertes dolores de cabeza, mareos o vértigos. Si no se trata a tiempo, el afectado puede sufrir de una parálisis leve, dificultad al caminar, perdida de la fuerza de un brazo o mielopatía.
La cervicalgia produce dolores que pueden desaparecer al instante o a los minutos. En estos casos se entiende que el paciente padece de una artrosis leve; cuando es crónica, el dolor que se siente será de mayor duración, puede ser por semanas o meses, no obstante, su intensidad es menor. Una persona descubre la afección a través de una radiografía en la columna cervical.
Factores de riesgo y orígenes de la artrosis cervical
La edad más común de aparición es a los 50 años, sin embargo puede surgir a los 30 y volverse más grave a medida que pasa el tiempo. Conjunto a esto, hay personas que por razonas hereditarias tienen más posibilidades de padecerla. También se sabe que se origina a través de la realización constante de ciertas posturas que puedan causar lesiones en la cervical. Los dolores que sienten los pacientes son por los músculos, tendones y ligamentos que están alrededor de las articulaciones afectadas por el deterioro del cartílago.
En general, la artrosis en esta zona se debe a una suma de factores tanto externos como internos. Principalmente se origina como consecuencia de otra enfermedad o por una fractura, infección o malformación. Es por esto que esta enfermedad es casi invisible para el paciente tanto en sus primeros síntomas como cuando se vuelve crónico.
¿Cómo se diagnostica a un paciente con artrosis cervical?
El afectado debe explicarle al especialista todos los síntomas que padece en detalle; es decir, decirle sobre el dolor, la rigidez, la perdida de la movilidad, el hormigueo, etc. Los tres primeros indicios antes nombrados son la clave que necesita el especialista para poder mandar un tratamiento adecuado al paciente. Además, con ayuda de un reumatólogo, se realizará una exploración más profunda de los padecimientos.
Luego de esto se realizan unas pruebas complementarias que arrojarán más respuestas sobre la gravedad de la artrosis en la cervical. Generalmente es por medio de una radiografía que se puede visualizar mejor el estado de la zona afectada. Si se sospecha que esta enfermedad es consecuencia de otra, los exámenes realizados serán resonancias magnéticas o TC cervicales. Es recomendable que las personas de 50 a 65 años se hagan pruebas de este estilo para tratar a tiempo la afección.
Tratamientos más comunes para la artrosis cervical
El mejoramiento de la calidad de vida del paciente y el alivio del dolor son los principales objetivos de todos los tratamientos mandados por los especialistas. Muchas veces son combinaciones de medicamentos y medidas físicas lo que ayudan a disminuir y aliviar los síntomas de la enfermedad; aunque en ocasiones, si la artrosis es muy avanzada, la cirugía es la mejor respuesta.
Entre las medidas físicas estas:
- Ejercicios para fortalecer los músculos del cuello a través de movimientos lentos pero de máxima amplitud. La intensidad puede variar según la gravedad de la artrosis.
- Realizar posturas que eviten la flexión del cuello, principalmente cuando se trabaja en frente de una computadora o cosiendo. Además de esto, hay que evitar ponerle peso al cuello y no usar almohadas altas y duras.
- El especialista mandará al paciente a usar un collarín cuando esté en la fase de intensificación de dolor, es decir cuando sea aguda, pero la misma no puede ser usada por muchos días pues terminaría causando más daño.
- La aplicación de calor en la zona afectada puede ayudar a disminuir el dolor, debe ser aplicada durante 10 minutos varias veces al día.
- El paciente debe de tomar reposos durante el día para no aumentar la presión de la cervical y así evitar el deterioro rápido del cartílago.
Para el tratamiento medicinal o farmacológico, lo estándar es mandar analgésicos como paracetamol; si estos no ayudan, se agregan al tratamiento medicamentos antiinflamatorios. Las contracturas musculares pueden afectar al paciente negativamente, en estos casos mandan relajantes para evitarlas, sobre todo en la fase aguda. Si la artrosis la genera una complicación neurológica, se mandarán fármacos más específicos como la pregabalina o gabapentina, recetados por el reumatólogo.
Por último, pero no menos importante, está el tratamiento quirúrgico. Principalmente indicado para personas que no han podido reducir el dolor con los procedimientos estándar o cuya parálisis es prácticamente total. No es muy frecuente, se estima que solo el 1% de los casos necesita de una cirugía.
Esta enfermedad no tiene cura. Con los tratamientos el paciente podrá reducir el dolor y los síntomas de la artrosis cervical mejorando así su calidad de vida.
Manuel Herrero D.O. Bsc(Hons) Osteopathy Medicine