Fascitis Plantar
La Fascitis Plantar es una afección bastante frecuente en las consultas de traumatología y osteopatía en la actualidad a nivel mundial, siendo para aquellos que la padecen, motivo de gran disconformidad ya que puede llegar a ser intolerable y convertir la caminata diaria en una tortura sin final. Con el advenimiento de las rutinas de ejercicio al aire libre, caminatas, carreras, e incluso entrenamientos en gimnasios, la fascitis plantar se ha convertido en una de los principales motivos de consulta en personas de todas las edades. En el siguiente artículo conocerás todo lo que involucra esta patología para lograr detectarla a tiempo, y dar un correcto seguimiento terapéutico de la misma.
Para entender en qué consiste la fascitis plantar es necesario conocer tener el recuento anatómico, y es que, la Fascie plantar es una extensión de tejido conectivo fibroso que se inserta proximalmente con el calcáneo y distalmente con los metatarsos, dando así la forma arqueada de la región plantar del pie y permitiendo que se vea disminuido el impacto de cada paso que damos.
Teniendo en cuenta la ubicación anatómica y función de la fascie plantar, se entiende por fascitis, la inflamación de éste tejido secundario a múltiples microdesgarros provocando así dolor intenso a la hora de caminar e incluso mantenerse en pie.
A nivel microscópico, en la fascitis plantar, existen pérdida de la continuidad del tejido dando así paso a la formación de microsangrados que por efecto normal del cuerpo humano responden generando el aumento de volumen e inflamación de la zona, dando así posteriormente a la aparición del dolor, el cual se puede mantener en el tiempo por la constante liberación de ácido láctico por la fascie plantar; provocando un círculo vicioso que por sí solo se controla en un tiempo prolongado.
La fascitis plantar aparece cuando existe una sobrecarga física sobre la fascia plantar, es decir, la exagerada tensión y estrés que se pueda dar en dicho tejido fibroso y su constante estiramiento y contractura producen la inflamación de la misma. Sin embargo, no es excluyente, ya que puede presentarse de forma atraumática, sin tener una condición establecida que la genere.
Algunas de las condiciones predisponentes la aparición de la fascitis plantar se pueden organizar de la siguiente manera:
Los síntomas más comunes son el dolor y la rigidez en la parte inferior del talón, siendo éstos de fuerte intensidad e inclusive asociándose sensación urente o de quemazón. La región plantar del pie también puede presentarse con dolores similares a los anteriormente descritos. Estas presentaciones pueden exacerbarse en ciertas condiciones que se deben tomar en cuenta como son:
Teniendo en cuenta todo lo antes expuesto, resulta mucho más fácil determinar la correcta actuación para evitar la aparición de este tipo de patologías en los pies. Sin embargo, no todas las variables se pueden controlar, es por ello que resulta importante regular aquellas que sí se encuentran al alcance.
En primer lugar, evitar la obesidad; como se explicó anteriormente, el peso excesivo del cuerpo va a generar una sobrecarga de esfuerzo tanto en articulaciones como en todo el aparato musculotendinoso, y la fascie plantar no se encuentra exenta de ello. De igual modo, el correcto uso y elección de calzado dependiendo de la actividad a realizar y el tiempo de duración de la misma, ya que no es igual mantenerse en pie durante varias horas que correr a través de una superficie rocosa durante unos minutos.
Seguidamente, es importante controlar el tipo de actividad física que se desea llevar a cabo, ya que no tienen el mismo impacto la natación que aquellas que ameriten mantenerse descalzos como las artes marciales; esto sin dejar de lado una adecuada realización de ejercicios