¿Sientes dolor en la mandíbula? Puede deberse a una disfunción en la articulación temporomandibular
La articulación temporomandibular es una especie de bisagra que conecta la mandíbula con el lateral del cráneo. Esta articulación es muy importante pues gracias a ella se puede hablar, masticar, tragar, etc. Se encuentran en cada lado de la cabeza. Debido a su función, un trastorno en esta área no solo causa gran dolor; sino también afecta a los músculos que controlan la cara, haciendo que sea difícil realizar funciones básicas como comer, conversar e incluso mover la cabeza.
Las disfunciones en la articulación temporomandibular son difíciles de determinar pues los dolores que se sienten pueden deberse a múltiples factores combinados; entre ellas tenemos la genética, la artritis, la artrosis y una lesión en la mandíbula. Incluso hay personas que rechinan los dientes constantemente o aprietan fuertemente su mandíbula, haciendo que les duela dicha zona; pero no necesariamente significa que padecen de la enfermedad.
Normalmente los trastornos en la articulación temporomandibular duran poco tiempo, suelen aliviarse con una combinación de descanso, compresas frías, fármacos y atención autoadministrada. No obstante, existen casos de personas que no les ha funcionado el método convencional, y por tanto necesitan de tratamiento especializado. En un porcentaje menor es necesaria la opción quirúrgica. Los dolores en la bisagra pueden ser agudos y, en general, generan tensión e inflamación.
¿Por qué es importante la articulación temporomandibular?
El complejo sistema masticatorio está compuesto por los dientes, la articulación de la mandíbula y los músculos masticatorios. Todos estos funcionan en un delicado equilibrio que permite la acción de masticar y hablar. Cuando uno de estos se ve perjudicado por una enfermedad o por una lesión, su funcionamiento comienza a ser deficiente; esto tiene como consecuencia que los otros dos elementos restantes trabajen más para compensar el faltante. Cuando no logran adaptarse, se comienzan a originar las disfunciones. Muchas veces los trastornos son producidos por una mala oclusión dentaria que puede lograr el desplazamiento inadecuado de la mandíbula con el fin de masticar, esto, a la larga, es perjudicial.
¿Cuáles son los síntomas?
En muchas ocasiones no hay síntomas visibles, sino signos que pueden revelar la existencia de este padecimiento. Estos pueden ser: Chasquidos al abrir y cerrar la boca, desplazamiento lateral de la mandíbula al abrirla, disminución en la apertura de la boca, desgaste en los dientes, tensión muscular en la zona, dolor de cabeza y despertar con la mandíbula dolorida. Estos serían los primeros signos de alerta, si se padecen, la persona afectada debería ir para que le realicen un diagnóstico correcto.
Las disfunciones pueden agravarse y con ellas traer todo tipo de síntomas perjudiciales para la salud. El dolor puede empeorar, convertirse en crónico y extenderse por todo el rostro; más específicamente, en la mandíbula, el oído, el ojo y el cuello.
Se sentirá rigidez en los músculos cada vez que la articulación se mueva. También será difícil realizar ciertos movimientos con la mandíbula, impidiendo el proceso de masticación; hay personas que sufren de una pérdida total del movimiento. La alineación en los dientes puede sufrir cambios drásticos. Los chasquidos serán más dolorosos y se pueden escuchar o sentir zumbidos y pitidos. Cabe agregar que otro de sus síntomas más comunes es la limitación de la apertura oral.
- Además de todos los síntomas anteriormente mencionados, La disfunción temporomandibular va a producir problemas funcionales en los músculos; así como también
- bruxismo y vértigo,0
- pérdida auditiva,
- adormecimiento e insensibilidad,
- alteraciones de la vista y
- neuralgia del trigémino.
¿Cómo se origina la afección?
En una gran parte de los casos estudiados, las enfermedades de la articulación temporomandibular se originan por malos hábitos bucales, defectos de nacimiento, trastornos o lesiones en la zona. Otras causas son:
- Existencia de un defecto en la alineación de los dientes.
- Estrés.
- Contractura muscular.
- Traumatismo que desplazan el disco articular.
- Tratamientos dentales mal realizados.
- Tensión emocional, depresión o emociones fuertes.
Cabe aclarar que aunque la enfermedad puede originarse por culpa de los ítems antes mencionados, en una gran cantidad de ocasiones la aparición de la enfermedad suele ser desconocida. Es por esta razón que si el afectado comienza a sentir dolor, sensibilidad perpetua en la mandíbula o dificultad para abrir y cerrar la boca, debe ir al médico, dentista o a un especialista osteopático.
¿Quiénes pueden padecer de una disfunción en la articulación temporomandibular?
Lo que puede aumentar el riesgo de aparición de la enfermedad, son aquellas personas que han padecido de diferentes tipos de artritis, sobre todo la reumatoide y la artrosis. Aquellas personas que han recibidos golpes en la mandíbula. Quienes rechinan los dientes de forma crónica. Por último, pero no menos importante, están los que tienen enfermedades del tejido conectivo.
¿Cómo es el diagnóstico?
El especialista realizará una serie de exámenes en la mandíbula. Escuchará y sentirá cuando se abre y cierre la boca, además de observar el movimiento y presionar las áreas afectadas para identificar el punto de dolor. Asimismo, necesitará una serie de pruebas en imágenes que ayudarán a vislumbrar mejor la zona; tales como:
- Radiografías dentales.
- Tomografías computarizadas.
- Resonancias magnéticas.
Otro procedimiento es usar una artroscopia temporomandibular. Es un tubo delgado insertado en el espacio de la articulación donde, a su vez, se le insertará una cámara minúscula; la misma permitirá ver toda el área, logrando que el diagnostico sea más eficiente.
Tratamientos para la disfunción en la articulación temporomandibular
Como se dijo al principio, muchas veces los síntomas desaparecen sin necesitar un tratamiento; sin embargo, si estos persisten, los posibles tratamientos mandados por el médico pueden ser:
- Fármacos.
- Antiinflamatorios y analgésicos.
- Antidepresivos tricíclicos.
- Relajantes musculares.
Tratamiento Osteopático
En la gran mayoría de las ocasiones, las terapias a realizar por los osteópatas y/o fisioterapeutas pueden ser de gran ayuda para curar la afección. Entre estos están.
- Equilibrar la musculatura masticatoria, en especial los músculos masetero, temporal y pterigoideos.
- Liberar los meniscos articulares.
- Trabajar sobre la capsula articular y sus ligamentos.
- Equilibrar zonas adyacentes como es la región cervical superior, occipital, C1 y C2 principalmente y todas sus relaciones funcionales.
- Equilibrar las tensiones de la musculatura anterior cervical.
- Normalizar los huesos craneales, en especial los temporales.
- Ejercicios de estiramientos y fortalecimientos de los músculos de la mandíbula.
- Diversas terapias que pueden incluir la utilización del hielo o humedad para disminuir los dolores.
- Férulas.
Muchos especialistas recomiendan la utilización de férulas orales y protectores bucales, estos disminuyen el dolor al permitir el descanso de la mandíbula.
Cuando ninguno de estos tratamientos convencionales funcionan, la opción que queda es la intervención quirúrgica o inyecciones. Las más populares son la artrocentesis, inyecciones de corticoesteroides en la articulación, una artroscopia temporomandibular, una condilotomía modificada y la cirugía de articulación abierta. Después de un procedimiento quirúrgico, se recomienda ir a un osteópata o fisioterapeuta para obtener una rehabilitación completa.