Consiste en un mecanismo de aceleración-desaceleración de transferencia de energía al cuello. Puede ser consecuencia de colisiones posteriores o impactos laterales con automóviles, aunque también puede ocurrir durante zambullidas u otros contratiempos. El impacto puede originar lesiones óseas o de partes blandas que a su vez pueden dar lugar a diversas manifestaciones clínicas.
Sacudida rápida hacia atrás y hacia delante del cuello. Este “latigazo” puede generar múltiples problemas tanto a corto como a largo plazo.
El motivo más frecuente es un accidente de tráfico. La incapacidad de los músculos cervicales de resistir este aumento o disminución rápido de velocidades lo que causa la lesión. Se pueden lesionar numerosos tejidos y el tiempo de curación irá en función de los tejidos dañados.
Dos fases
- Extensión forzada de columna: músculos anteriores se estiran y posteriores se comprimen
- Flexión forzada: compresión anterior y estiramiento posterior
El cuadro habitual consiste en dolor cervical e inmovilidad acompañado de cefalea, dolor torácico, mareo, acúfenos, visión borrosa, secuelas psicológicas como ira, irritabilidad, depresión, nerviosismo, ansiedad, falta de concentración…
Generalmente los síntomas no comienzan tras el accidente, aparecerán a las horas o los días del mismo.
Consideraciones osteopáticas
En osteopatía contemplamos el latigazo cervical como una suma de trastornos articulares, fasciales y neuromusculares que se interconectan unos con otros. El fin del tratamiento será restablecer la movilidad craneosacra. El fallo del tratamiento convencional reside en su punto de vista meramente sintomático. Trataremos (como siempre) a la persona como un todo.