¿Conoces qué es la Cervicalgia o dolor cervical?
Cuando hablamos de Cervicalgia nos referimos a un síntoma de dolor de intensidad variable (leve, moderado o fuerte) asociado a las vertebras cervicales, que afecta los músculos del cuello y nuca, pudiendo extenderse a la cabeza, hombros y espalda, limitando así el movimiento. Esta dolencia se produce como resultado de una sobrecarga muscular prolongada y es causa de ausentismo laboral, generando altos perjuicios para el sistema de salud.
Se estima que entre 22 y 80% de la población ha sido diagnosticada de cervicalgia, en alguna etapa de su vida, afectando principalmente a mujeres de avanzada edad.
¿Cuántos tipos de cervicalgia existen?
El dolor cervical puede clasificarse en función de la intensidad del dolor y su tiempo de duración:
¿Qué síntomas se manifiestan en el dolor cervical?
Causas del dolor cervical
Existen distintas patologías relacionadas con el dolor cervical, aunque las causas son numerosas, aquí se presentan las más comunes.
¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?
Para diagnosticar con precisión la causa del dolor cervical se debe realizar una completa historia clínica, que abarca la valoración de la postura del paciente, conocer las características e intensidad del dolor, localizar las zonas afectadas y explorar las áreas hiperirritables de los principales músculos.
Si con ello no logramos identificar el problema, puede ser necesario solicitar una exploración de imágenes como estudios radiológicos, los cuales son útiles para detectar alteraciones estructurales, por lo general se recomienda radiografías en tres proyecciones: antero posterior, oblicuo y lateral, durante el primer mes de los síntomas.
En los casos en que se presuma la existencia de alguna compresión nerviosa se recomienda realizar una tomografía axial computarizada (TAC) y una resonancia magnética (RM), ya que estas pruebas se enfocan en tejidos blandos.
Otra exploración complementaria a realizar, es la electromiografía, un examen capaz de analizar la actividad muscular y nerviosa en estado de reposo y durante movimientos voluntarios, permitiendo así evidenciar si hay algún tipo de compresión.
Los análisis de laboratorio se deben indicar para descartar enfermedades de origen sistémico, procesos tumorales, infecciosos o inflamatorios.
La aplicación del Test de Klein es también recomendado para valorar la actividad de las arterias vertebrales, que puedan estar ocasionando lesiones y comprometiendo la irrigación sanguínea hacia el cerebro.
¿Cuál es el mejor tratamiento para la cervicalgia?
Dado que el dolor cervical generalmente está asociado a una sobrecarga muscular o una lesión nerviosa benigna, bastará con seguir algunos consejos prácticos para aliviarlo, basados en tratamientos tradicionales. Solo un pequeño porcentaje se trata como casos graves, que requieren de intervención quirúrgica. El tratamiento a seguir dependerá del origen de la cervicalgia y la intensidad del dolor.
El tratamiento tradicional o conservador incluye diversas técnicas de relajación muscular y de correcta postura corporal, que ayudan al paciente a mejorar el movimiento cervical. También valora el uso de fármacos analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos y esteroideos, así como relajantes musculares.
Uno de los tratamientos que ha demostrado ser más eficaz para el control del dolor cervical es el tratamiento manual. Desde la osteopatía, fisioterapia y otras técnicas manuales se trabajan las causas mecánicas que han llevado a esa situación de bloqueo articular y rigidez muscular. Si quitamos los obstáculos que impiden que el cuerpo pueda trabajar de forma libre, estaremos incidiendo en la verdadera causa del problema. En los casos donde ya exista una degeneración o ruptura de los tejidos, sean cuales sean, habrá que trabajar en combinación con las técnicas que nos ofrece la medicina reparadora.
La última opción a considerar en la cervicalgia, es el tratamiento quirúrgico, requerido en muy pocos casos para minimizar la presión en la médula espinal o en las raíces nerviosas, cuando el dolor es provocado por una hernia discal o por una constricción del canal cervical. También puede ser necesario para resolver problemas de traumatismos, para equilibrar la columna vertebral y reducir la posibilidad de parálisis por fractura.
Manuel Herrero D.O.